Rosenrot está inspirada en el poema "Heidenröslein" ("La rosa en el matorral") de Johann Wolfgang Goethe y en la historia "Schneeweißchen und Rosenrot" ("Blancanieves y Rosaroja") de los hermanos Grimm (que no hay que confundir con "Blancanieves y los siete enanitos").
"
Heidenröslein"
Sah ein Knab' ein Röslein stehn,
Röslein auf der Heiden,
War so jung und morgenschön,
Lief er schnell, es nah zu sehn,
Sah's mit vielen Freuden.
Röslein, Röslein, Röslein rot,
Röslein auf der Heiden.
Knabe sprach: Ich breche dich,
Röslein auf der Heiden!
Röslein sprach: Ich steche dich,
Daß du ewig denkst an mich,
Und ich will's nicht leiden.
Röslein, Röslein, Röslein rot,
Röslein auf der Heiden.
Und der wilde Knabe brach
's Röslein auf der Heiden;
Röslein wehrte sich und stach,
Half ihm doch kein Weh und Ach,
Mußt es eben leiden.
Röslein, Röslein, Röslein rot,
Röslein auf der Heiden.
'+Un niño vio una pequeña rosa silvestre
Una pequeña rosa en un erial
Era joven y hermosa como la mañana
Y corrió para verla de cerca
Y la miró con gran alegría
Pequeña rosa, rosilla, roja rosa
Pequeña rosa en un erial.
Dijo el niño: ¡te cogeré,
Pequeña rosa en un erial!
Dijo la rosa: te pincharé
Para que siempre te acuerdes de mi
Pues no quiero padecer.
Pequeña rosa, rosilla, roja rosa,
Pequeña rosa en un erial.
Pero el revoltoso niño cogió
La pequeña rosa del erial
La pequeña rosa se defendió y le pinchó
De nada le sirvieron loa ayes y gemidos
y se vio obligada a padecer
Pequeña rosa, rosilla, roja rosa,
Pequeña rosa en un erial
"Schneeweißchen und Rosenrot" cuenta la historia de Blancanieves y Rosaroja, dos chicas hijas de una pobre viuda que vive en una pobre casita. Ambas hermanas son muy buenas niñas, y ambas se querían demasiado. Su madre era muy cariñosa con ellas. Blancanieves y Rosaroja vieron afuera a un oso en la nieve. Una tarde de invierno, llamaron a la puerta. Rosaroja abrió la puerta y vio al oso. Primero ella se asustó, pero el oso le dijo que no temiera. "Estoy medio congelado y simplemente quiero calentarme un poco en tu casa", el dijo. Ellas dejaron al oso adentro y se acostó delante del fuego. Blancanieves y Rosaroja le quitaron la nieve al oso, y rápidamente se hicieron amigos. Ellas jugaban con el oso y lo rodaban hasta que el oso les dijera, "No me maten niñas: Blancanieves y Rosaroja, quieren a su amigo muerto?"
Ellas dejaban que el oso pasara la noche enfrente del fuego, y en la mañana, el se marchaba, caminando entre los árboles. El oso regresaba todas las noches por el resto del invierno y la familia ya se había acostumbrado a él. Cuando llegó el verano, el oso les dijo que se hiba a otra parte durante un tiempo a cuidar su tesoro de un duende malvado. Durante el verano las chicas caminaban entre el bosque, cuando ellas vieron un duende que tiene su barba pegada en un arbol. Las chicas lo rescatan cortándole la barba, pero el duende es desagradecido, y les grita a las niñas por haberle cortado su hermosa barba. Las niñas se encuentran al duende varias veces ese verano, rescatándolo de un peligro, y cada vez el duende es desagradecido.
Entonces un día se encuentran al enano otra vez, quien siempre está metido en algún peligro. Esta vez está aterrorizado porque el oso lo hiba a matar. El duende le pidió clemencia al oso, que se comiera a las chicas en vez de él, pero el oso no presta ninguna atención y mata al enano con un golpetazo de su pata. Entonces el oso se convierte en un príncipe; el duende embruja al prícipe para robarle su oro y volverlo un oso, pero la maldición es rota con la muerte del duende. Blancanieves se casa con el príncipe y Rosaroja se casa con su hermano.